Esta madrugada, aprobó el Senado de la República la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mencionó “a fin de impulsar el desarrollo nacional, garantizando un servicio confiable y con tarifas bajas en el país”.

Asimismo de acuerdo con el Senado, se busca que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pueda comprar electricidad que cualquier planta o fuente, para cubrir la cobertura de energía y capacidad.

Es así como, los generadores de energías limpias cuenten con condiciones equitativas de competencia, sin importar su antigüedad; y que se establezcan contratos de cobertura eléctrica con compromiso de entrega.

Morena y sus aliados en el Senado del Partido del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), que avalaron la reforma a falta de las reservas, defendieron el discurso del presidente con ataques y señalamientos a las empresas privadas.

Queda aprobado en lo general el proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica”.

Eduardo Ramírez, presidente del Senado

Sin embargo en la sesión se reservaron varios artículos que se discutieron y al final la normativa se devolvió a la Cámara de Diputados para sus efectos constitucionales.

También en su turno el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, dijo que la reforma “es constitucional y es congruente ya que prioriza el interés nacional de brindar un servicio público de transmisión y de distribución de energía eléctrica”.

Enfatizó “no está descartada la generación de energía eléctrica a partir de plantas eólicas o solares, sólo se regula un orden para su despacho, es decir, México sí es promotor del uso de energías limpias”.

Además, argumento “no atenta contra la libre competencia, sino que la regula. No es inconstitucional, promueve energías limpias que genera la CFE como las derivadas de hidroeléctricas, geotérmicas y termoeléctricas. Es una reforma indispensable”.

El principal cambio de la reforma será eliminar el criterio económico para siempre despachar primero la electricidad de las plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles de la empresa del Estado, la CFE, sobre las centrales privadas de renovables y al último las de ciclo combinado.

También, de forma retroactiva, ordena revisar los contratos previos del Gobierno con particulares y cambia las reglas de los Certificados de Energía Limpia (CEL) para darlos a plantas viejas de la CFE.

Desde que envió el 1 de febrero la iniciativa al Congreso con carácter preferente, para discutirse en un plazo de 30 días en cada Cámara, López Obrador ha pedido no cambiar “ni una coma” al dictamen, una instrucción que han seguido sus legisladores.

Apenas el pasado domingo, el presidente mexicano aseguró que el Senado aprobaría su polémica reforma a la Ley de la Industria Eléctrica.

“Estoy seguro, se va a llevar a la práctica, se va a ejecutar, se va a aprobar porque es para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”, expresó el mandatario en un evento en el estado de Zacatecas.

Por Liliana Sandoval Galindo

Lic. en Trabajo Social por parte del Instituto Mexicano de Psicooncología (IMPo), Periodista de Oficio. Gerente de Operaciones en Visor Empresarial.

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