Por: Nicolas Severino*

La obligatoriedad de geolocalización en transacciones bancarias entró en vigencia en México a partir del 23 de marzo de 2021. Aunque a muchos usuarios les cuesta trabajo la transición a la implementación de esta norma, se trata una excelente herramienta, no solo para la prevención del lavado de activos y la financiación del terrorismo, sino para fortalecer la seguridad digital de la banca.


Implementar nuevos sistemas que puedan garantizar la seguridad de las operaciones bancarias y de sus usuarios, es un plus muy importante para prevenir los ciberdelitos y fraudes electrónicos. Y aun cuando esta nueva norma puede parecer un poco invasiva y engorrosa en primera instancia para algunos usuarios, la verdad es que conforma una herramienta provechosa a la hora de fortalecer la seguridad, disminuyendo de manera importante el nivel de exposición de las operaciones.


Existen en el mercado, soluciones que combinan la biometría del comportamiento, el análisis de redes y dispositivos (incluida la geolocalización) con inteligencia artificial híbrida y la tecnología de Deep Learning para crear huellas digitales únicas, que permiten conocer a los usuarios de forma continua (Know Your User en inglés), identificar a los ciberdelincuentes y mitigar el riesgo, independientemente del tipo de ataque, y generar puntuaciones de nivel de riesgo basadas en la combinación de factores anómalos que puedan ocurrir en cada sesión del usuario. Esto permite a las entidades financieras abordar el problema del fraude electrónico de una manera diferencial que traerá grandes beneficios para todos, al tiempo que no se afecta la experiencia del usuario en el canal digital. De esta manera, los equipos de fraude tendrán las capacidades y herramientas para analizar datos históricos, identificar a los estafadores que operan en sus sistemas bancarios en línea, comprender cómo operan y crear defensas automatizadas para detenerlos, cuidando el anonimato de los datos de los usuarios.

La ampliación de la normativa surge a partir de la evolución de los contextos sociales y las necesidades que van naciendo, es por esto que debemos comprenderla de la manera adecuada. Buscar implementarla de una manera provechosa no solo beneficiará al Estado, sino a las entidades bancarias y por ende a sus clientes. Y una vez que ellos comprendan que sus datos de ubicación no van a ser recolectados constantemente y además, que serán tratados conforme a las políticas y regulaciones de protección de datos, también lograrán comprender que se trata de una capa más de protección para ellos mismos y para su patrimonio, que han depositado en manos de las entidades financieras en las que cada uno ha confiado.


*Chief Operating Officer de Revelock

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