Este martes, en la publicación de un nuevo estudio de pruebas de anticuerpos se encontró más evidencias de que el coronavirus se encontraba presente en Estados Unidos desde, al menos, diciembre de 2019, semanas antes de que se anunciara el primer caso confirmado el 21 de enero de 2020.

En el estudio de los Institutos Nacionales de Salud se analizó 24 mil muestras de sangre que fueron aportadas y almacenadas por voluntarios de todo el país entre el 2 de enero y el 18 de marzo de 2020.

Según el trabajo publicado en la revista Clinical Infectious Diseases, a través de dos pruebas serológicas diferentes en nueve muestras de pacientes se detectaron anticuerpos contra el virus del SRAS-CoV-2.

Las personas que participaron se encontraban fuera de los principales focos de Seattle y Nueva York, los cuales se cree que son los principales puntos de entrada del virus en Estados Unidos.

Los datos que sugiere la presencia del virus a finales de diciembre son que las primeras muestras positivas procedían de participantes de Illinois y Massachusetts el 7 y el 8 de enero de 2020, respectivamente. 

El análisis de anticuerpos de las muestras de sangre nos ayuda a comprender mejor la propagación del SRAS-CoV-2 en Estados Unidos en los primeros días de la pandemia, cuando las pruebas estaban restringidas”.

Keri Althoff, profesora asociada de epidemiología en la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins.

Esta investigación está basada en otra similar publicada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en noviembre, la cual llegaba a la misma conclusión.

Aunque existe incertidumbre en torno a las pruebas serológicas, una mayor confirmación incrementa la confianza en el hallazgo.

El equipo, para ayudar a minimizar la posibilidad de falsos positivos, utilizó dos pruebas distintas en cada muestra, buscando anticuerpos que se unen a diferentes partes del virus.

Se denominan inmunoglobulina G, o IgG, a los tipos de anticuerpos buscados, lo cuales neutralizan la capacidad del virus para invadir las células y no aparecen hasta dos semanas después de que la persona se haya infectado. Con estas muestras se sugiere que los participantes en el estudio estuvieron expuestos al virus al menos varias semanas antes.

En las limitaciones del estudio se incluye que el número de muestras adquiridas en varios estados era bajo, apenas unas docenas o cientos en algunos casos.

Finalmente, cabe la posibilidad de que los anticuerpos que encontraron se formaran contra la infección de otros coronavirus, como los cuatro que causan los resfriados comunes. Aunque, como en otras investigaciones, se han demostrado que la reactividad cruzada entre estos coronavirus es baja. Estimó el equipo que la probabilidad de que las nueve muestras fueran falsos positivos era de una entre 100 mil.

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