La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), hizo hincapié el pasado jueves a México que es firmante de tratados internacionales que contemplan que la marihuana solo se puede comercializar por motivos médicos.

Esperamos que el Congreso mexicano tome en cuenta esos factores y haya una ley (de consumo de cannabis) que cumpla los acuerdos internacionales”

Efe Raúl Martínez del Campo, miembro experto independiente de la JIFE

A causa de ello, el Congreso mexicano está tramitando una ley para regular el consumo lúdico de marihuana en el país, que busca crear un mercado legal de cannabis y combatir la crisis por el narcotráfico.

No obstante la JIFE, encargada del cumplimiento de los tratados antidrogas, publicó este jueves su informe anual sobre estupefacientes en el que se señala preocupada por las novedades legislativas de varios países en lo que respecta al consumo con fines no médicos del cannabis, entre ellos México.

Por su parte Martínez del Campo detalló a Efe que la JIFE es muy sensible respecto a la situación de violencia que sufre México a raíz de la guerra contra las drogas y reivindicó que “no se debe criminalizar” a los consumidores de marihuana.

Agregando que México es firmante de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, que establece que el cannabis solo puede utilizarse con fines “médicos o científicos”.

Martínez del Campo, encargado de presentar ante los medios mexicanos el informe del organismo con sede en Viena, señaló que este año la JIFE quiso alertar a los Estados miembros sobre el aumento del consumo de drogas en adultos mayores

Como bien es sabido en el 2009 había en Estados Unidos un millón de adultos mayores de 65 años consumidores de drogas, mientras que actualmente son 11 millones.

El organismo lo atribuye al envejecimiento de la generación de baby boomers, que en su adolescencia tuvo más acceso a la cannabis y a otras drogas, así como al consumo de medicamentos para el dolor o la depresión.

Martínez del Campo mencionó que con el estallido de la pandemia de Covid-19 se detectó “un cambio drástico de drogas asociadas con la vida nocturna”, pues bajó mucho el consumo de éxtasis y subió el de alcohol y marihuana. 

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