Ante el escenario incierto de la economía colombiana, invertir en finca raíz tanto localmente como en el extranjero luce como una opción más segura, y ahora es posible hacerlo desde cantidades mínimas.

El 2023 avanza entre incertidumbre financiera para los colombianos, con la inflación al alza y un aumento en ciernes de las tasas de interés. Esto crea un momento ideal para buscar fuentes de ingreso alternativas. En ese sentido, aprender a invertir de manera inteligente puede hacer la diferencia para generar dinero adicional.

El año pasado, el país experimentó un crecimiento económico anual atípico de 8%. Si bien esta cifra aislada es positiva, después de este tipo de aumentos suele venir un periodo de desaceleración. El Banco de la República de Colombia ya dio indicios de ello, con una proyección de crecimiento de 0.5 a 0.7% para 2023. Por otro lado, la OCDE vaticina un crecimiento de 1.2%, algo superior, pero aún lejano del 8%.

Por otro lado, la tasa de inflación actual, de 13.12%, es de las más altas de las últimas décadas. En un esfuerzo para reducir el consumo y con ello la inflación, se proyecta que el Banco de la República aumente las tasas de interés. De hecho, ya hubo un primer incremento de 0.75% tras la reunión de su junta directiva en enero.

Con esta coyuntura en puertas, una buena manera de proteger los ingresos es diversificar y buscar fuentes alternativas de dinero, diferentes a las del trabajo o salario fijo. Invertir en activos, y hacerlo de manera correcta, es un buen camino para ello.

Antes de comenzar a invertir, es necesario definir el perfil de riesgo, que puede ser conservador, moderado o agresivo. Entre más agresivo, mayores son los rendimientos, pero también la probabilidad de perder la inversión. Por lo tanto, informarse bien es crucial. Una recomendación básica es “no poner todos los huevos en la misma canasta”, es decir, repartir el dinero entre diversas opciones que den un balance entre riesgo y rendimiento del total invertido.

Opciones de inversión

Las opciones más comunes para invertir son:

  • Acciones: pueden liquidarse y diversificarse fácilmente, según las empresas que haya en el mercado. Sin embargo, están sujetas a la volatilidad de sus precios y deben verse como una inversión a largo plazo.
  • Bonos: son una inversión a corto o mediano plazo, sujeta a una tasa de interés predeterminada por el Estado, lo que brinda un alto grado de seguridad, pero bajos rendimientos en comparación con otras opciones.
  • Fondos de inversión: permiten invertir en varios activos a la vez, gestionados por profesionales del área. No obstante, sus tarifas relacionadas pueden resultar punitivas, por ejemplo, si la inversión no está generando rendimientos o si se quiere vender la participación antes de su vencimiento.
  • Divisas: el mercado de compra de moneda extranjera, o Forex, es de fácil acceso y diversificación, pero también representa un alto riesgo, ya que funciona en tiempo real y está sujeto a las fluctuaciones de la economía.
  • ETF: son un híbrido entre las acciones y los fondos de inversión, con tarifas mucho más accesibles y con la posibilidad de invertir en varios activos a la vez. Su rendimiento es más predecible, pero existe el riesgo de perder el capital si la entidad financiera que los genera entra en incapacidad de pago.

Inversión alternativa

Otra forma de inversión es en productos, en este caso la opción más conocida es la finca raíz, aunque invertir en el mercado inmobiliario históricamente ha sido visto como caro, reservado solo para quienes cuentan con grandes capitales.

Sin embargo, hoy existen plataformas como Ambana (www.ambana.com), que permiten invertir en finca raíz con montos desde $1,000,000 pesos, tanto en Colombia como en Estados Unidos. A través de esta opción, puede adquirirse desde una fracción hasta la totalidad de una propiedad, y obtener ingresos pasivos (proporcionales a la inversión), los cuales provienen del alquiler mensual y la apreciación para el momento en que se venda el inmueble.

Durante el periodo de la pandemia, los precios de la finca raíz en Estados Unidos se dispararon, debido a una combinación de estímulos económicos federales que les dieron más dinero a la gente, una reducción de las tasas de interés de las hipotecas y una escasez de la vivienda disponible. Y al mismo tiempo, el que la gente tuviera más dinero disponible elevó los precios del alquiler.

En el caso de Colombia, este también se presenta como un mercado atractivo, pues también los valores del alquiler están en aumento, volviendo a la finca raíz residencial una mejor opción de inversión sobre productos tradicionales.

Esto representa una oportunidad. Si bien comprar una vivienda completa sigue siendo costoso, adquirir una fracción desde $1’000.000 COP y sin límite superior a través de plataformas como Ambana, se presenta como una de las alternativas más atractivas para quienes busquen hacer rendir su dinero. Y, dado que los precios de la renta van a la alza debido a la misma coyuntura, pueden obtenerse mayores rendimientos a través de este movimiento. Ante el escenario económico incierto en Colombia, invertir en ladrillos, en lo tangible y conocido, resulta una maniobra inteligente. Con los precios del alquiler al alza, tanto en el país como en el extranjero, y la posibilidad de invertir con cantidades mínimas en fracciones de propiedad a través de plataformas como Ambana, el mercado de finca raíz se perfila como una opción interesante para quienes buscan empezar a invertir de forma segura.

Por Liliana Sandoval Galindo

Lic. en Trabajo Social por parte del Instituto Mexicano de Psicooncología (IMPo), Periodista de Oficio. Gerente de Operaciones en Visor Empresarial.

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