Donald Trump, ha mencionado a sus colaboradores que tiene intenciones de otorgar un indulto a sí mismo en los últimos días de su presidencia, según dos personas con conocimiento de las discusiones. La medida implicaría un uso de los poderes presidenciales extraordinario e inexplorado en la historia de Estados Unidos.
El mandatario de EU le a señalado a sus colaboradores que considera la posibilidad de otorgarse un perdón y, en otras instancias, ha preguntado si debería hacerlo y qué impacto político y legal tendría en él, según dos personas.
Trump tiene el pensamiento de perdonarse a sí mismo va más allá de reflexiones ociosas. Hace mucho tiempo que insiste en que tiene el poder de perdonarse a sí mismo y típicamente cuando sondea a sus asesores es síntoma de que se prepara a avanzar con sus intenciones.
Asimismo a estado cada vez convencido de que quienes él percibe como sus enemigos utilizarán las palancas legales para atacarlo cuando abandone el cargo.
Hasta ahora ningún presidente estadounidense se ha otorgado a sí mismo un perdón por lo cual la legitimidad de un posible acto de autoclemencia jamás ha sido puesta a prueba en el sistema legal.
Opiniones expertas concuerdan en que un autoperdón presidencial crearía un peligroso nuevo precedente para que los presidentes declaren unilateralmente que se encuentran por encima de la ley y se protejan de tener que responder por los crímenes que hayan cometido en el cargo.
Por otra parte Un portavoz de la Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentario.
Trump ha considerado una variedad de perdones preventivos para su familia, entre ellos sus tres hijos mayores —Donald Trump Jr., Eric Trump e Ivanka Trump—, su yerno y asesor sénior de la Casa Blanca, Jared Kushner, y para sus aliados cercanos, como Rudolph W. Giuliani, abogado personal del presidente.
Cabe resaltar que los perdones presidenciales solo aplican en casos de leyes federales y no protegen de ser enjuiciado o investigado por crímenes estatales.
Trump ha sostenido a lo largo de su presidencia que dispone de la autoridad para perdonarse a sí mismo y discutió esa posibilidad por primera vez con sus asistentes durante su primer año en el cargo. Esas conversaciones empezaron cuando los vínculos de su campaña con Rusia estaban bajo el escrutinio de investigadores que intentaban determinar si había obstruido a la justicia.