Por: Elango R*

Cada cierto tiempo, los acontecimientos extraordinarios y avances inesperados nos dejan asombrados por la grandeza de lo que logran y las posibilidades que prometen.

Meses después de la pandemia de COVID-19 y de los estragos que ha causado en la economía mundial y en los sistemas de salud, lo que está surgiendo como un “gran avance” en la vida cotidiana y en el sector industrial es el espíritu de resiliencia humana. No sólo el personal de primera línea de los hospitales e instituciones médicas del mundo contrinuyen en la atención contra la propagación de la pandemia, sino también las familias, organizaciones e instituciones que mostraron su ingenio, agilidad y adaptabilidad en la nueva normalidad.

En ningún lugar es esto más visible que en el espacio educativo. La pandemia obligó a cerrar las escuelas en unos 191 países[1], lo que afectó al 94% de la población estudiantil mundial, es decir, a más de 1.600 millones de alumnos. Su permanencia en casa orilló a padres, tutores y educadores a buscar y adoptar nuevas formas de facilitar la experiencia de aprendizaje fuera del salón de clases, por medios virtuales.

Tras años de debate sobre si la tecnología debe desempeñar algún papel en la facilitación, mejora y ampliación del acceso a la educación de los alumnos de todo el mundo, el paso a la enseñanza virtual y a distancia a gran escala se ha producido sin duda debido a la pandemia. Los alumnos de todos los niveles educativos no sólo pasaron en forma masiva a una experiencia de aprendizaje marcadamente diferente de la que habían tenido hasta ahora, sino que lo hicieron rápidamente, algunos literalmente de la noche a la mañana.

Aunque no sea del todo evidente, una de las principales razones por las que este enorme cambio se ha producido sin problemas para millones de profesores, padres y educadores de todo el mundo, es gracias a la tecnología y las plataformas interactivas. Los padres y tutores que concilian el trabajo y la “escuela en casa” se han sentido apoyados por los estilos más expansivos y colaborativos de la enseñanza y el aprendizaje facilitados por la tecnología, ya que éstos no sólo han hecho que las clases sean más inmersivas, sino también más personalizadas.

¿Por qué?

Las plataformas de aprendizaje basadas en tecnología de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (ML) son capaces de proporcionar a los estudiantes formas divertidas de evaluar su propia comprensión conceptual en varias disciplinas, al mismo tiempo que proporcionan a los instructores información en tiempo real sobre el punto en que se encuentra cada estudiante en la curva de aprendizaje y comprensión. También, sin la presión del aprendizaje memorístico, los estudiantes se inspiran a hacer más. Además, también proporciona a los profesores información valiosa sobre qué estudiantes se están quedando atrás, en qué conceptos y por qué.

En el mundo post-COVID, veo que este modelo evolucionará aún más para ayudar a los profesores e instructores de todo el mundo a adaptar las clases para que se ajusten correctamente a las necesidades de cada estudiante. Así, en lugar de ser una colectividad indiferenciada de alumnos, las clases se impartirán por fin de la forma en que deben ser: adaptadas y personalizadas a la capacidad existente de cada alumno, de modo que cada uno de ellos logre los mejores resultados.

La promesa de esta posibilidad coincide perfectamente con lo que los estudiantes necesitarán para prepararse en los próximos años, un cambio radical en la forma de impartir los cursos, un mayor énfasis en el aprendizaje autónomo y un mayor énfasis por parte de las instituciones educativas de todo el mundo en aquellas competencias que nos hacen claramente humanos: la creatividad, empatía, la capacidad de investigar y la autorreflexión.

También, creo que la IA puede desempeñar un papel importante en la superación de desigualdades que actualmente separan a los estudiantes privilegiados de altos ingresos de sus homólogos desfavorecidos y de bajos ingresos, al permitir el aprendizaje en cualquier idioma, en cualquier lugar y en cualquier momento. Entre algunos de los avances recientes de las tecnologías de IA se encuentra el uso probado de datos educativos para apoyar a los alumnos en situaciones de emergencia y crisis, el despliegue de tecnologías de reconocimiento de imágenes para facilitar el acceso a los recursos de aprendizaje globales. Asimismo, la tutoría apoyada por IA para alumnos desfavorecidos, basada en herramientas de reconocimiento de patrones de aprendizaje individuales, y las tecnologías de diagnósticos para las dificultades de aprendizaje.

Cabe mencionar, que la expansión del acceso a la educación de calidad a los estudiantes de todo el mundo promete inmensos beneficios a las organizaciones. Disponer de una reserva de talento cada vez más amplia y diversa en el mundo post COVID garantizará que las empresas de todos los sectores encuentren las aptitudes que desean en un aplicante y ellos ya estarán capacitados en las tecnologías más nuevas. Esto sólo es posible con una inmersión el día de hoy en la educación de última generación. ¿Qué más se puede pedir? Es una situación en la que todos salimos ganando.


[1] https://news.un.org/en/story/2020/04/1062232


*Presidente de Adquisición de Nuevos Clientes en Norteamérica de Mphasis.

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