El hacer ejercicio, especialmente correr, puede traer muchos beneficios al cuerpo y mente; ayuda a estar en forma, mejorar el sistema inmune, dar relajación a tu cuerpo, etc. No obstante, se sabe que durante el entrenamiento también se esta expuesto a sufrir lesiones de diferentes tipos causadas sobre todo por el exceso de entrenamiento o la falta de calentamiento. Algunas de las más comunes son las lesiones musculares, afecciones en los tendones y las lesiones óseas.

De acuerdo con una investigación de la asociación Sports Health, el 70% de los corredores se lesionan por lo menos una vez al año, ante lo cual es muy importante acudir con un médico especializado en deporte para que nos brinde un diagnóstico y establezca el tratamiento adecuado. Sin embargo, una vez alcanzado el proceso de recuperación, puedes ir trabajando poco a poco para retomar el ejercicio y alcanzar los niveles que ya tenías antes de la lesión.

A continuación, Soy Corredora, el sitio de habla hispana dedicado a la formación, seguimiento y difusión de las mujeres corredoras, te ofrece los mejores consejos para que puedas reincorporarte a tus sesiones de entrenamiento después de una lesión.

Constancia y paciencia

Después de haber sufrido una lesión, probablemente tendrás que dejar de correr durante algún tiempo o hacerlo en sesiones más cortas y ligeras. En esta etapa el foco debe de estar en la recuperación, no en alcanzar los mejores tiempos o lograr distancias más largas.

Para lograr recuperarte al 100% de una lesión deberás ser muy paciente y tomar en cuenta cada logro, por lo que la constancia será clave. Recuerda, la meta es restablecer la salud.

Escucha a tu cuerpo

Si sientes que necesitas parar, hazlo; aún si crees que puedes llegar más allá. Una de las claves más importantes para recuperar tu nivel y alcanzar tus mejores marcas es hacerlo poco a poco. De nada sirve llegar a límites que pongan en riesgo tu salud.

Un esfuerzo demasiado intenso en las primeras etapas de recuperación puede llevarte a desarrollar una tendinopatía, que llega a ser más limitante y duradera que la tendinitis (inflamación de los tendones), y a afectar el día a día, de acuerdo a la Sociedad Española de Medicina Interna. Escucha a tu cuerpo y no sobrepases los niveles adecuados de actividad física.

Empieza por caminar

Si la lesión no fue de gravedad, deberías poder caminar sin dolor durante un tiempo aproximado de 45 minutos. Caminar reacondiciona los músculos, tendones y ligamentos sin representar demasiado esfuerzo, lo cual te permitirá prepararlos para cuando comiences a correr de nuevo”.

Sonia Chávez, fundadora de Soy Corredora.

Mantente sana y fuerte

El hecho de que no puedas correr no implica que pierdas los buenos hábitos que el ejercicio te ha ayudado a desarrollar. Pon especial atención en la alimentación y consume alimentos nutritivos que te ayuden a recuperarte plenamente. Es muy recomendable acudir con un nutriólogo especializado en el deporte.

Dependiendo de la lesión que hayas sufrido, podrás realizar algunos ejercicios, pero siempre supervisados y autorizados por un fisioterapeuta o un médico del deporte. Da tiempo a tu cuerpo para sanar, pronto estarás corriendo de nuevo.

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