Tiempo atrás se han hecho algunas denuncias sobre las malas prácticas en los establecimientos que se encuentran en los alrededores del Centro Histórico, sea porque los clientes son víctimas de algún tipo de robo o estafa. Ahora, se ha evidenciado que los bares y restaurantes que cuentan con una terraza buscan sacar un dinero extra aprovechándose su ubicación.
En redes sociales una usuaria hizo la denuncia de ser víctima de una estafa en el restaurante La Corregidora, ubicado en la calle Monte de Piedad Número 11, cuyo establecimiento se encuentra a un costado del Zócalo capitalino y al encontrarse en el segundo piso de un edificio, cuenta con terraza y una vista espectacular.
La joven comentó, a través de una serie de videos, que la forma en que atrapan a los comensales es sobre la avenida, ya que ofrecen una bebida alcohólica gratis y garantizan que cuentan con todo tipo de comida especial y recién hecha.
Al momento de aceptar la promoción, la joven y su novio creyeron que sería el lugar ideal para celebrar su quinto aniversario, pero sería el principio de una serie de problemas y un momento en el que terminarían siendo víctimas de una estafa.
Siendo que al inicio se percataron que el lugar estaba un tanto solo, la vista del Zócalo y Palacio Nacional eran impresionantes. Como no había lugar en la terraza, pidieron una mesa al interior del establecimiento, no obstante, los meseros insistieron en reiteradas ocasiones que en cuanto se desocupara un espacio lo cambiaban.
Lo primero que les sirvieron fueron las margaritas gratis que les habían prometido, pero al momento de ordenar resultó que no tenían el platillo que querían, lo que ya les empezaba a dar una mala espina. Frente a la situación, un nuevo mesero se acercó y les dijo que si les permitían les cocinarían la comida y la tendrían en unos minutos.
En el trascurso de la espera, fueron movidos a la terraza, en donde le dieron el primer trago a su bebida, la cual sabía horrible, fue la peor margarita que he probada, parecía que las habían preparado con alcohol barato, fue lo que dijo la joven. Pensaron en marcharse y aunque pidieron la cuenta, los convencieron a la fuerza para quedarse en el restaurante y disfrutar de la vista.
Incómodos, con un mal sabor por el trago y con ganas de irse, llegó la comida la cual probaron y tampoco les gustó, así pidieron la cuenta. Lo único que querían era irse.
Tras recibirla, se les hacía un cobro por mil 33 pesos y el desglose no se entendía, pero alcanzaron a distinguir que se les estaban cobrando los supuestos tragos gratis, también se contemplaba un cobro de 200 pesos por el manejo de mesa y otro extra de 200 pesos por uso de espacio turístico. La joven relató que no se quedaron callados y pidieron una explicación, pero antes de que se diera cuenta ya había dos meseros esperando a que pagaran.
La joven y su pareja mencionaron que era absurdo el cobro, por lo que aseguraron que no pagarían la ridícula cantidad. El mesero les explicó que tendría que llamar a un policía, a lo que los jóvenes se comunicaron con el 911 y les detallaron que a la brevedad acudiría una patrulla. No obstante, explicaron que preferían esperar en la vía pública, y en ese momento, cuando estaban bajando por las escaleras, más de cinco hombres los rodearon e intimidaron para que pagaran los mil 33 pesos de la cuenta, por lo que llegaron a temer por su seguridad.
Una vez en la vía pública, un policía auxiliar llegó, el cual había sido solicitado por los empleados de La Corregidora, pero al mismo tiempo acudió un agente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Al momento de buscar a los hombres que segundos antes los habían intimidado, ya no estaban, sólo había quedado uno.
Expusieron la situación por cobro excesivo y el elemento de la SSC les dijo que quizá tendrían que ir al Ministerio Público para llegar a un acuerdo, pero el único empleado que quedaba de La Corregidora dijo que podían llegar a un acuerdo.
En ese momento, una de las empleadas de una de las joyerías de los alrededores le comentó al policía que en ese restaurante siempre había problemas, ya que hacían cobros excesivos, siendo los jóvenes y turistas las principales víctimas.
Después de la mediación, los jóvenes pagaron 500 pesos, a pesar de que el costo de la comida había sido menor, pero accedieron a dar esa cantidad para terminar con la estafa y mejor irse a casa.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Profeco han dado a conocer que nunca está de más preguntar los costos de los servicios que se ofrecen, esto, para evitar ser víctima de este tipo de estafas.
Muchas veces los meseros querrán darle la vuelta a la conversación de los precios, pero recuerda que tú eres quien terminará pagando, por lo que no está de más saber si tendrás el dinero suficiente para saldar la cuenta.
También, si los comensales se encuentran con alguna anomalía, se pide guardar evidencia, ya sea fotos o video y comunicarse con el 911 o directamente a la línea de la Profeco 55-55-68-87-22 , en donde se les detallará lo que deben hacer ante este tipo de situaciones.