Por: Redacción
Más allá de cualquier disputa teórica, desde tiempos ancestrales se relaciona de manera estrecha la naturaleza con la feminidad, y para muestra basta con observar la especial habilidad que tienen las mujeres para conectarse con la madre tierra y sobre todo, para entenderla. Tal pareciera que su cuerpo, mente y espíritu también son un vehículo que conduce a los secretos que resguarda la naturaleza.
Hablar de naturaleza femenina también es ser testigo del contacto con la creatividad y de la infinita capacidad de crear y en esta ocasión, en su primera exposición individual Fernanda Quiñones plasma su visión sobre la tensión, capacidad de adaptación, transformación y evolución esbozadas en pinturas que también son el retrato de esta conexión intrínseca entre alas, plumas, conchas y caparazones como metáfora del día a día.
Alas e Hilos es una colección de obras inéditas con un acercamiento íntimo a través de las experiencias de la artista fuertemente vinculadas con sus recuerdos personales y vivencias más recientes. Originaria de Guadalajara, Jalisco, Fernanda es artista multidisciplinaria y aunque trabaja principalmente en óleo, también ha desarrollando su producción artística en dibujo, acuarela y grabado.
La hoy artista, creativa, directora de proyectos y diseñadora mexicana desde muy joven ha tenido interés y pasión por el arte, gracias a ello, a muy temprana edad tuvo la oportunidad de experimentar y aprender de primera mano de maestros artesanos profesionales como tejedores de fibra y costureros gracias al negocio familiar, incluso, ha creado muebles con sus propias manos usando sólo materias primas y herramientas artesanales, lo que ha influido profundamente su espíritu creativo.
El arte es vida, y la vida hay que celebrarla, admirarla y agradecerla; esta colección está inspirada precisamente en ello, valorar la vida y sus maravillas.”
Fernanda Quiñones
A través de un lenguaje cuasi mágico, en esta muestra pictórica Fernanda Quiñones explora un espléndido vínculo con la naturaleza y dependencia hacia ella, invitando al espectador a centrarse en las potencialidades humanas de “fortaleza” y “resiliencia”. La inspiración para su primera exposición, de la mano de la galería Óleogram, proviene de lo cotidiano, la contemplación de la naturaleza y de las emociones y sentimientos que ello provoca. En su obra lo femenino y el sentir como mujer se encuentra presente como parte notable de su lenguaje artístico.
Tal es el caso de Escudo, pintura de un escarabajo que alude inmediatamente una representación de protección y seguridad a manera de fortaleza o caparazón, un refugio para el corazón que de ninguna manera significa estar vencido, más bien, es un espacio de sanación y reconstrucción dentro de nosotros mismos. O Tesoro, la metáfora de una abeja que protege su legado, lo cuida y resguarda, obra inspirada por el poder femenino que rinde homenaje a las mujeres que ya no están, donde su legado es ese impulso de ir siempre hacia adelante.