Fue puesto en libertad “El Vikingo”, luchador profesional, que tras ser detenido por la agresión cometida a un menor de edad durante una demostración de lucha en calles de la alcaldía Venustiano Carranza.
Víctor Cruz Pallares, de 21 años de edad, fue puesto en libertad, después de que las autoridades de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México determinaran que las lesiones del niño eran menores.
El fin de semana se hizo viral el video donde se ve que un niño abraza por la espalda a Einar Dharius El Vikingo, quien de forma inmediata lo toma del brazo, lo levanta con fuerza y lo arroja contra el piso, dejándolo inconsciente por unos minutos.
Fue investigado por las lesiones que sufrió el niño de cinco años de edad, así como por una acusación de maltrato infantil luego de azotarlo en la colonia Aviación Civil en la alcaldía Venustiano Carranza.
Los asistentes a la función de lucha al aire libre se lanzaron contra Cruz Pallares, a causa de la agresión en contra de el menor de edad, esto para tratar de hacer justicia por mano propia, ya que causó indignación la reacción que tuvo este hombre contra el pequeño aficionado.
Las autoridades capitalinas llegaron al lugar evitando que el luchador fuera linchado, y lo trasladaron a la Fiscalía para iniciar la investigación correspondiente, mientras el lesionado fue revisado por paramédicos para descartar lesiones de gravedad.
Después de que se hiciera la agresión, la empresa organizadora del evento se deslindó de la responsabilidad alegando que esa lucha no había planeada por la empresa Revelación Lucha Libre Iztapalapa (RLLI), a la que pertenecía el luchador.
Los actos impropios de profesionales en este deporte han opacado en fechas recientes a la lucha libre, pues en días pasados otro luchador agredió a un aficionado durante una función en la Arena Naucalpan.
DMT Azul, luchador, golpeó a un aficionado luego de que le arrojara una silla y el profesional del deporte le respondió con puñetazos en el rostro, al grado que le cerró los ojos por todos los golpes que le dio.
El personal de seguridad tuvo que hacer una intervención para separar a los luchadores, pues los ánimos se incendiaron después de la agresión contra el aficionado; en esa ocasión el evento fue organizado por la empresa International Wrestling Revolution Group (IWRG).