La chiapaneca, Aremi Fuentes. tuvo una dura lucha ante la tarima, al igual que las que enfrentó en su día a día, antes de llegar a los Juego Olímpicos de Tokio 2020. La halterista peleó un emocional duelo frente a operaciones y dolencias lo cual no la dejaron llegar al 100 por ciento de sus capacidades; pero así, logró el podio en los 76 kg del levantamiento de pesas, en su debut en la justa veraniega.

Tuvimos la mala suerte de que este año le salieron todas las lesiones, hasta la operación de las muelas del juicio, que se le complicó; se tuvo que parar la práctica 20 días. Después se lesionó la rodilla, luego el músculo del vaso externo y se desvió un dedo pulgar. Estoy contento porque, aunque la lesión todavía no se le ha quitado por completo, tuvo la garra de una gran competidora”.

José Manuel Zayas, entrenador de Aremi Fuentes, desde Baja California.

Fuentes Zavala, también indicó que fue un año duro entre molestias, pausas y rehabilitaciones.

En 2020 tuve dos desgarres en las piernas, por la pandemia me pude recuperar; sufrí lesiones en rodilla, paré meses con desgarres, distensiones… Tengo muchos sentimientos encontrados”.

Aremi Fuentes, campeona olímpica Tokyo 2020

En Tonalá, Aremi, junto a su hermana Susana iniciaron en el atletismo en el 2004; Roberto Moreno vio su potencial en la halterofilia, pero sus padres no le permitieron de hacer un deporte para hombres, sino hasta dos años después; en 2006, inició la aventura como medallista en la Olimpiada Nacional.

Para dar potencia a su explosividad, hace ocho años, Aremi se trasladó a trabajar con Zayas Flores y mejoró día con día. En 2020 fue líder del ranking mundial con 241 kg (106/135), hasta el día de ayer, cuando ganó el bronce olímpico con sus mejores marcas personales: 245 kilos totales (108 de arranque y 137 en envión).

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