La revista inglesa The Economist, en un duro análisis en la publicación de esta semana de Latinoamérica refiere que en un mundo plagado de populistas autoritarios, el presidente de México de alguna manera ha escapado del centro de atención, y es un peligro para la democracia.

The Economist aseguró que López Obrador aplica políticas ruinosas por medios inadecuados y lo calificó como un peligro para México.

El medio asegura, en dicha publicación, que los votantes deberían detener al presidente hambriento de poder, puesto divide a los mexicanos en dos grupos: el pueblo, en referencia a quienes lo apoyan; y la élite, aquellos que denuncia, a menudo por su nombre, como delincuentes y traidores a los que culpa de todos los problemas de México.

En la revista se lee: es una criatura extraña. Convoca muchos votos, pero no siempre sobre temas que se resuelven mejor votando, colocando como ejemplo la consulta que se realizó para cancelar el aeropuerto de Texcoco y poder construir el aeropuerto Felipe Ángeles en la base militar de Santa Lucía.

El autor menciona que elige un pequeño electorado que sabe que se pondrá de su lado. Cuando lo hace, declara que la gente ha hablado, quien asegura que las consultas son un truco para recordar a los votantes las deficiencias de los regímenes anteriores, es ingenioso. También es una burla del estado de derecho.

Además, destaca la incertidumbre por las políticas de López Obrador que se vive dentro del sector empresarial, al igual que la intención ya expresa de reformar o incluso eliminar los organismos autónomos del país, incluyendo el Instituto Nacional Electoral, que no ha dejado de ser blanco de sus críticas.

Los próximos tres años (refiriéndose a lo que queda de su sexenio) determinarán la profundidad y duración del daño que hace a México y su democracia. Tiene prohibido buscar la reelección, pero está tratando ilegalmente de extender el mandato de un juez amistoso de la Corte Suprema”.

The Economist.

The Economist señala que el mandatario mexicano aún cuenta con 61% de aprobación aunque la situación económica de México no ha mejorado.

Remarca que los partidos de oposición deben trabajar juntos para frenar a López Obrador, aunque reconoce que esas mismas formaciones son las culpables del fuerte apoyo mostrado hacia el presidente.

Los partidos hicieron un pobre trabajo en cuanto a ayudar a aquellos que fueron olvidados durante el largo boom que siguió a la liberación de la economía en la década de los ochenta”.

The Economist.

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