Dentro de América Latina, México se encuentra en el último lugar en igualdad de género laboral; un ejemplo es que las mujeres con mayor preparación acceden a puestos de alto mando aún con remuneraciones que son 50% menores a las de los hombres con posiciones similares, esto argumenta Teresa Inchuástegui, en la presentación del análisis T-MEC, Reforma Laboral e Igualdad de Género. Apuesta por el adelanto de las trabajadoras de la Red de Mujeres Sindicalistas y la Fundación Friedrich Ebert.

La presidenta de la Red Iberoamericana de Municipios por la Igualdad de Género manifestó que uno de los temas que genera más preocupación es la baja participación económica de las mujeres en México, a pesar de que ha multiplicado su escolaridad. Es el país de la OCDE que tiene la más baja participación, e incluso para 2019 ya se encontraba debajo de la tasa de incorporación del resto de América Latina.

A parte del renovado acuerdo comercial de libre comercio entre México, EUA y Canadá (T-MEC), México tiene compromisos, obligaciones constitucionales, legales e internacionales, de hacer avanzar los derechos de las mujeres trabajadoras, es una de las reflexiones del análisis; además permite que las mujeres conozcan las disposiciones legales que en materia de sus derechos contempla el T-MEC y la reforma a la Ley Federal del Trabajo 2019.

Dicho documento destaca algunos pendientes de la reforma laboral, y propone una serie de recomendaciones para continuar avanzando en el derecho laboral de las mujeres. Este también presenta un análisis de las disposiciones que establece el T-MEC en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres trabajadoras, y hace una revisión de los compromisos y obligaciones para las instituciones laborales, empleadores y sindicatos en México, en la eliminación de la discriminación y atención de casos de violencia de género.

La Dra. Aleida Hernández Cervantes, abogada especialista en género y derechos humanos, autora del estudio, se refirió a la importancia de que el T-MEC contemple un capítulo sobre derechos humanos de las mujeres e igualdad de género.

Aunque el T-MEC se pronuncia principalmente en dos sentidos, la no discriminación y la atención de los casos de violencia en los centros de trabajo, argumentó que se hacen necesarios mecanismos y un desarrollo de garantías para hacerlos efectivos. En cambio, se necesita de un cambio profundo en el orden social de género que está basado en la división sexual del trabajo, la persistente brecha salarial entre mujeres y hombres y la falta de reconocimiento al trabajo del hogar y de cuidados, entre otros factores que requieren ser visibilizados.

Alex Covarrubias Valdenebro, investigador del Colegio de Sonora, expuso que el avance en la materia en México es escaso, y es solo una respuesta a presiones de actores laborales de EUA. Mencionó que se debe replantear la pregunta de la existencia de un nuevo modelo laboral en México, puesto que, a pesar de que se impulsa una reforma para eliminar la subcontratación, el articulado en materia de utilidades refleja una enorme contradicción con las tendencias internacionales y de organismos como la ONU.

Andrea Medina Rosas, abogada y feminista, recalcó que los logros laborales se deben a las acciones de mujeres sindicalistas ligadas al movimiento feminista. Focalizó su aportación en la necesidad de comenzar un debate en el tema de la prostitución para que se considere como una forma de trabajo que permita a quienes la ejercen acceder a mecanismos de seguridad social. Afirmó que esto permitiría diferenciarla de la explotación, la esclavitud y las actividades de subsistencia. Refiriéndose a la violencia política contra las mujeres, aseveró que ésta no solo se da en el ámbito electoral para cargos gubernamentales, también en los sindicatos, en donde las mujeres son un número mayor, pero son quienes menos ocupan un cargo directivo.

Estefanía Vela Barba, directora ejecutiva de Intersecta, destacó en dicho evento que el hecho de que la existencia de un capítulo sobre derechos laborales e igualdad de género en el T-MEC, habla de su reconocimiento; además de ser un argumento jurídico más para que hagan lo que desde hace décadas tenía que hacerse. Afirmó que la pandemia ha demostrado la importancia de cuidar a la familia, por lo que es importante que las reformas laborales tomen en cuenta otro tipo de discriminación, las licencias por nacimiento, adopción o cuidado de los hijos, entre otros. Como parte de la agenda pendiente, comentó que faltan órdenes de protección y la reparación integral del daño para las víctimas de violencia laboral.

Al igual que Rosario Ortiz como Inés González, de la Red de Mujeres Sindicalistas y de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, recalcaron la importancia de este tipo de estudios que muestran los avances en la materia y compilan argumentos legales útiles al servicio de las mujeres.

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