Por: NotiPress

El estudio realizado por la Keck Medicine de la University Southern California (USC) reveló que la comida rápida está asociada con la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Esta afección es considerada potencialmente mortal, pues la grasa se acumula en el hígado y puede generar inflamación o daño hepático.

Según la institución de salud, la inflamación y el daño hepático de la esteatohepatitis no alcohólica podría causar cirrosis, lo cual puede provocar a largo plazo cáncer de hígado. Diversas organizaciones como el Instituto Nacional de Diabetes Problemas Renales, Diabetes y Digestivos de Estados Unidos destacan que no tienen claro la relación entre el hígado graso no relacionado con el alcohol.

No obstante, la Keck Medicine de la USC encontró que las personas con obesidad y/o diabetes quienes consumen 20% más de las calorías diarias permitidas, sus niveles de grasa en el hígado son superiores. Lo anterior en comparación a las personas quienes consumen menos o nada de comida rápida, por tanto, sus niveles de grasa pueden ser controlados.

De acuerdo con la institución educativa, la población de Estados Unidos en general tiene consumos moderados de comida rápida. En otras palabras, la dieta de un estadounidense común está compuesta por una quinta parte de comida rápida o chatarra.

Ani Kardashian, hematología y principal autora del estudio, aseveró que los hígados sanos contienen una pequeña cantidad de grasa, por lo menos un 5%. Asimismo, destacó que en un hígado sano incluso puede haber un aumento moderado de grasa, un aspecto normal.

Sin embargo, las alarmas se encienden cuando el aumento de la grasa hepática rebasa el estándar establecido, lo cual sucede cuando las personas padecen diabetes u obesidad. “Sorprendentemente los niveles de hígado graso se disparan cuando las personas padecen problemas de peso, esta condición causa una mayor susceptibilidad de hígado graso”, apuntó.

Adicionalmente, la especialista del Keck Medicine de la USC hizo énfasis en que la esteatosis hepática afecta a más del 30% de la población en Estados Unidos. Igualmente, destacó que la comida rápida es cada vez más consumida por los estadounidenses, incluida la pizza de un restaurante de autoservicio o sin meseros.

Tras los análisis, los especialistas encontraron que de los 4 mil encuestados, el 52% consumía algún tipo de comida rápida, de los cuales el 29% la consume diario. El resto de los voluntarios cuyo consumo de comida rápida estaba debajo del estándar promedio, tuvo niveles de hígado graso menores.

Para los especialistas del Keck Medicine de la USC encabezados por la hematóloga Ani Kardashian, todavía se necesita realizar más estudios para confirmar los primeros resultados. Por tanto, se espera que este primer estudio de su categoría aliente a otras instituciones de salud para ofrecer a los pacientes más educación sobre nutrición.

Especialmente aquellos quienes padecen o son propensos a contraer diabetes u obesidad, enfermedades catalogadas como epidemia a nivel global. Ambas contribuyen a tener un mayor riesgo de desarrollar hígado graso y la única manera de prevenir o tratar la esteatosis hepática es por medio de una dieta mejorada, afirman los expertos.

 

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