El día de ayer Estados Unidos advirtió a Rusia que habrá “consecuencias” si Alexéi Navalni muere en prisión, al tiempo que sus seguidores convocaron protestas en todo el país para “salvar la vida” del principal detractor del Kremlin, enfermo y en huelga de hambre en un penal.
Asimismo un día después de que sus médicos dijeran que el opositor podría sufrir un paro cardíaco “en cualquier momento”, la presión occidental escaló con la Unión Europea cuando afirmó estar “profundamente inquieta” y solicitando “su liberación inmediata e incondicional”.
Los ministros de Exteriores de la UE discutirán, hoy también, sobre la situación del militante anticorrupción de 44 años.
Mientras, Francia está “extremadamente preocupada” por su estado de salud, declaró el ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian.
También por su parte, los partidarios opositores convocaron a protestas masivas en el corazón de Moscú y San Petersburgo para el miércoles, diciendo que la salud de Navalni se está deteriorando severamente.
Leonid Volkov, uno de los principales estrategas, dijo que las marchas se convocaron con tres días de anticipación, porque la vida de Navalni “está en juego… No sabemos cuánto podrá aguantar. Pero está claro que no tenemos tiempo”.